El uso de luces encendidas en los vehículos, incluso durante el día, es fundamental para aumentar la visibilidad y reducir el riesgo de accidentes. Esta práctica permite que otros conductores, peatones y ciclistas detecten fácilmente la presencia del vehículo, especialmente en condiciones de baja visibilidad como lluvia, niebla o al amanecer y atardecer. Las leyes de tránsito de muchos países exigen el uso obligatorio de luces para garantizar la seguridad vial.